¿Hay que ser fiel a su crema facial?

Las cremas faciales son como los vaqueros: cuesta horrores encontrar el que nos sienta de maravilla. Por eso, cuando damos con una crema que sentimos que nos funciona, tendemos a declararle nuestro amor eterno. ¿Pero es bueno casarse para siempre con una misma crema facial? ¿Compensará el karma nuestra fidelidad con una piel perfecta o está permitido (y hasta recomendado) ser infiel para resplandecer? ¿Existe el amor eterno en cosmética?

 

Ser o no ser fiel a su crema facial

 

Igual que no comerías cada día el mismo alimento (por muy sano que fuera), tampoco tu piel debería alimentarse siempre de lo mismo. Pero, ¡cuidado! que tu piel se beneficie de una dieta variada en cuestión de cremas faciales, no es carta blanca para pulular de crema en crema sin reglas. Entonces, ¿qué hay que hacer?

En primer lugar, debemos distinguir las cremas en dos aspectos: la textura y los principios activos. Muchas veces damos a nuestra piel el ingrediente que necesita para hidratarse o eliminar manchas o difuminar arrugas, pero se lo damos en una textura que no le conviene y por eso nos parece que cuesta tanto encontrar una crema que funcione. Una crema de textura rica puede resultar nutritiva y conveniente a las pieles secas mientras que en pieles grasas puede agravar su estado. Para éstas son más recomendables las texturas ligeras como emulsiones o sérums. Por este motivo es tan importante realizar un diagnóstico cutáneo: aunque sepamos qué queremos resolver (arrugas, acné, rojeces…), si no encontramos la textura adecuada a nuestro tipo de piel, que varía a lo largo del tiempo según múltiples factores, el remedio no será eficaz.

Con un diagnóstico facial en mano, que puedes realizarte gratuitamente en los centros de belleza Skeyndor, conocerás las necesidades reales de tu piel y qué textura ayudará mejor a solventarlas. Y decimos “necesidades” en plural porque todos tenemos más de una preocupación respecto a nuestro rostro… Arrugas, manchas y flacidez, por ejemplo, son algunos de los signos más evidentes del envejecimiento facial. Y queremos deshacernos de todos por igual. Pero, si hay cremas específicas para cada uno de esos signos, ¿debemos ir alternando 3 diferentes cremas a lo largo de la semana para conseguir resultados antiedad visibles? La respuesta es no. No exactamente.

 

Consejos para ser infiel a tu crema facial con éxito

 

Como decíamos al principio, hay que dar a nuestra piel una alimentación variada, pero con unas normas básicas. Si cambiamos de crema demasiado a menudo, no dejamos trabajar correctamente a sus principios activos, que requieren un tiempo y dosis mínimos para ser eficientes. Un tarro de 50ml suele durar un mes o dos a lo sumo, y esos son el tiempo y dosis mínimos para notar sus efectos. ¿Qué hacer si queremos tratar varios problemas a la vez en menos tiempo? Existen varios trucos…

Si queremos tratar varios problemas a la vez, podemos usar dos cremas con principios activos diferentes para el día y la noche. Por ejemplo, una crema antiarrugas para el día y, para la noche, una antimanchas. Hay productos Skeyndor que funcionan de maravilla en tándem y cada semana os mostramos algún ejemplo en nuestro Facebook con unos posts que llamamos “Perfect Match”. ¡Síguenos si todavía no lo haces!

Volviendo a los trucos de belleza, otra fórmula es optar por un tratamiento express. Podemos acelerar los resultados si en lugar de usar una crema optamos por un concentrado. Las ampollas suelen tener una mayor dosis de principios activos y por eso son efectivas más rápidamente. Es el caso de Uniqcure, las ampollas de Skeyndor que proporcionan resultados visibles en tan solo una semana. Con las cremas, en cambio, mejor esperar uno o dos meses aunque, si no notamos que baja su eficiencia (“que nuestra piel se ha acostumbrado”, solemos decir) podemos continuar usándolas un tiempo más. Y entonces, ¿cuándo cambiamos de crema? Es aconsejable cambiar de crema con los cambios de estación, así podemos adaptarnos mejor a los entornos de calor, utilizando cosmética más de escudo o protectora, o de frío, cuando la hidratación y oxigenación se hacen imprescindibles. Tener la piel sana y cuidada con el tratamiento adecuado a cada temporada ayudará a hacer más efectivas las curas que realicemos. Es decir, nos parecerá que cada crema que usamos es LA crema definitiva y viviremos en un constante estado de enamoramiento que notaremos en la piel. Al fin y al cabo, ¿no dicen que la belleza es el reflejo de nuestro interior? ¡Pues a enamorarse se ha dicho!

Redactado por Skeyndor
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