Actualmente, hay bastantes tipos de productos para cuidar nuestra piel y es fácil que a veces tengamos dudas de en qué orden debemos aplicarlos. ¡Es normal! A continuación, te presentamos el orden más habitual para que no te pierdas y puedes aprovechar los beneficios de las cremas y todos y cada uno de los productos que te apliques. ¡A por ello!
- Desmaquillador/Limpiador. Tanto por la mañana como por la noche, la piel debe estar limpia antes de aplicar cualquier tratamiento posterior. Recuerda también exfoliar el rostro como mínimo 1 vez a la semana para una limpieza más en profundidad.
- Primer. Este tipo de productos de nueva generación son tratamientos llamados también “preparadores”, es decir, que ponen a punto la piel para la recepción de los ingredientes del tratamiento siguiente. En general, su fórmula suele contener principios activos que “despiertan” la piel y la predisponen a absorber los del tratamiento de belleza habitual. Una puerta abierta más para que tu piel aproveche realmente el 100% de los beneficios de los productos.
- Los concentrados de belleza o sérums se suelen aplicar después de la limpieza y antes de la crema. No obstante, nuestros concentrados pueden aplicarse también solos, en función del tratamiento y del concentrado de activos. ¡Pregúntale a tu esteticista!
- Tratamiento habitual. Ahora tu piel está ultra-preparada para que aplicar tu tratamiento habitual, sea emulsión o crema. Recuerda seguir las instrucciones de aplicación, elaboradas para que tu piel aproveche todos los beneficios del tratamiento, y si en algún momento tienes alguna pregunta (cómo qué tipo de crema deberías utilizar, por ejemplo) no dudes en preguntar a tu esteticista de confianza. Pídele un diagnóstico facial y asegúrate que el tratamiento que te aplicas es realmente el que necesitas.
- Contorno de ojos. No olvides el contorno de ojos. Hay diferentes tipos de tratamientos que tratan distintas problemáticas: bolsas, ojeras, mala circulación… ¡Escoge que el mejor se adapte a tus necesidades!
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