Como ya habrás notado durante los últimos años, las estaciones están cambiando y la primavera se acorta cada vez más. Ahora, pasamos de las bajas temperaturas del invierno a máximas diarias propias de los meses de verano en cuestión de semanas. Y eso son malas noticias para tu piel. Al fin y al cabo, son más días de exposición a la radiación solar y, lo que es más grave, de manera repentina, sin que pueda transitar un periodo de adaptación que la proteja de la intensificación de dicha radiación. De ahí la necesidad inmediata de modificar tu rutina de cuidado facial e incluir en ella fórmulas con protección solar. Son determinantes. ¿Pero sabes cómo usarlas?
Factor de protección solar: la clave
El factor de protección solar indica la capacidad de una crema de proteger tu piel de los rayos ultravioletas emitidos por el sol y se determina teniendo en cuenta el incremento de tiempo de exposición a dichos rayos necesarios para producir el enrojecimiento. Por ejemplo, si tu piel de manera natural se enrojece a los 15 minutos de exposición al sol, una crema con factor de protección solar 30 mantendrá tu piel segura unos 450 minutos, resultado de multiplicar esos 15 minutos naturales por 30. En cualquier caso, es importante que uses protectores con amplio espectro que protegen tu piel también de los rayos UVA. La selección del producto concreto marca una gran diferencia.
Cada cuánto debes ponerte la crema
Esta es una pregunta muy habitual y ciertamente muchas personas caen en el mito infundado de que solo hay que ponerse la protección solar en un momento del día. Sin embargo, y como has podido comprobar en el apartado anterior, una crema de protección solar no te protege de una manera indefinida, sino que multiplica el tiempo de exposición segura de tu piel. 450 minutos por ejemplo, es mucho tiempo, 7 horas y media, pero no es todo el día. Y recuerda que no vale ponerse la crema únicamente en la playa o la piscina. Tu piel no entiende de contextos y la radiación solar la daña con independencia de dónde estés o qué andes haciendo. Aplícate la crema siempre que estés en la calle.
Pero cuidado: debes protegerte también en casa
La luz está por todas partes. También, y lógicamente en tu hogar, donde un montón de dispositivos electrónicos como tu televisión, tu teléfono móvil, tu tablet, tu ordenador o bombillas de bajo consumo la emiten constantemente. Y esto es un problema para tu piel. Según los estudios, la luz azul, también llamada luz de alta frecuencia, tiene la capacidad de penetrar en las capas más profundas de la piel y generar ahí un daño oxidativo considerable. Es fundamental que te protejas también ahí dentro. Especialmente si pasas muchas horas expuesta a la luz de todas esas pantallas. ¡Y con Skeyndor es muy sencillo! Hemos creado la fórmula Blue Light Technology SPF50+ Ocean Respect.
Las protectores solares no duran para siempre
Hay dos muy buenas razones para adquirir nuestro protector solar. La primera de ellas es que tiene una formulación de vanguardia que le proporciona una eficacia total. La segunda de ellas es que el protector solar que tienes guardado en el armario desde vete tú a saber cuándo puede estar caducado. Porque sí: los productos cosméticos caducan. La vida útil concreta de cada uno de ellos depende de variables muy variadas como son sus principios activos, la calidad y hermetismo de sus envases o el tipo de conservación que lleves a cabo. No obstante, y de media, las fórmulas cosméticas suelen tener una duración de unos 12 meses. ¡La crema protectora del verano pasado no sirve!
¿Y si tienes algún tatuaje en tu piel?
Los tatuajes pueden ser geniales. Una manera visual de exponer tu personalidad. Un modo de reforzar tu estética. Pero también son un punto especialmente delicado de tu piel. A fin de cuentas, la exposición prolongada de un tatuaje a los rayos solares puede provocar que pierdan una pizca de color y que sus formas se vuelvan un tanto más borrosas, además de producir un oscurecimiento y u envejecimiento prematuro de la piel que lo rodea. ¿Solución? Asegúrate de aplicar siempre sobre ellos una crema de protección solar de amplio espectro con un factor de protección solar mínimo de 30. Muy probablemente lo lleves contigo toda tu vida. Mantenlo en las mejores condiciones.
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