Seguro que lo has escuchado muchas veces, y una parte de ti duda en si es cierto o no. Así que te lo confirmamos de entrada: el bronceado no se elimina cuando te exfolias la piel, todo lo contrario; la embellece.
Para explicarte por qué una cosa no tiene nada que ver con la otra, te explicamos antes de nada lo que es el bronceado y por qué te recomendamos hacerlo también en verano.
El bronceado es la reacción natural de la piel a la exposición, actúa como mecanismo de defensivo, frente a la agresión que supone el sol, las células melanocito producen melanina, pigmento color marrón rojizo, para proteger el ADN celular de los daños producidos por los rayos UV.
Esta coloración de la piel, dura un ciclo completo de renovación celular (lo que tardan los diferentes estratos de la piel en mudar) que son 28 días, algo más en pieles maduras.
Teniendo todo esto en mente, ¿por qué debes exfoliarte?
La
piel sigue acumulando células muertas, a las que con los años más le cuesta
eliminarlas de forma natural. Un exfoliante es una ayuda, para evitar el
engrosamiento de la capa córnea, favorecer la correcta respiración celular y proveer
un tono más luminoso.
Además, le puede dar un tono más uniforme al bronceado, sin contar el hecho de que permitirá a los tratamientos hidratantes (¡muy necesarios en verano!) llegar a capas más profundas de la piel.
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