Los tratamientos oncológicos suelen producir algunos efectos secundarios que pueden afectar tanto a la piel, como al cabello y/o las uñas.
Sobre la piel las afecciones cutáneas pueden variar según el tipo de tratamiento, pero algunos de los síntomas más comunes son la sequedad y las irritaciones. Aunque estas alteraciones son transitorias, pueden mejorar mucho si la cuidamos bien, por ello es importante utilizar productos que no contengan alcohol ni jabones muy secantes.
Los cuidados de la piel que debemos seguir son sencillos: limpiar correctamente la piel, hidratarla y protegerla.
Para la limpieza, es aconsejable utilizar diariamente geles o emulsiones limpiadoras suaves, que respeten el manto protector, reducido y debilitado y que mantengan el pH equilibrado. Se recomienda limpiar la piel mañana y noche, para retirar bien las impurezas que se van acumulando durante el día y evitar así cualquier riesgo de infección. Otro de los productos estrella son los tónicos o aguas termales. Este tipo de lociones son grandes equilibrantes cutáneos y se hacen muy necesarios para compensar el desequilibrio que produce el agua con la que retiramos los limpiadores de la piel.
Es muy importante durante este tiempo tener cuidado de no rascarse o frotarse excesivamente, así que evitaremos por completo cualquier tipo de exfoliante. Los peelings están totalmente desaconsejados en este momento tan delicado ya que al eliminar capas de células, grosor córneo, nos va a desproteger y sensibilizar la piel.
Para conseguir una adecuada hidratación, puedes utilizar cremas hidratantes y suavizantes. Como la sequedad y la irritación estarán presentes, debemos buscar cremas que aumente la hidratación así como que equilibren la hidrodinámica natural de la piel. El aporte de agua debe actuar a distintos niveles: superficial, para suavizar y dar confort, y profundo, para mantener los niveles correctos de agua en la dermis y evitar así el envejecimiento prematuro.
Cuando notamos la piel especialmente sensible, podemos recurrir a mascarillas de tipo cremoso, al aplicarlas y mantener un tiempo sobre la piel, compensan el déficit de agua en superficie y la calman inmediatamente.
Otro de los imprescindibles son los filtros solares. Los tratamientos oncológicos pueden fotosensibilizar la piel e irritarla más, así que lo más importante es no exponerse al sol y tener especial precaución de él durante los seis meses posteriores al tratamiento. Aunque no necesariamente necesitamos exponernos al sol para que nos toque, es importante una serie de precauciones como evitar la exposición durante las horas de mayor intensidad (12 a 16h), usar gorros y gafas para cubrir bien la piel y aplicar cremas de protección con factores solares altos SPF50+.
Estas alteraciones no son exclusivas del rostro, el cuerpo también puede verse perjudicado y una de las zonas más perjudicadas so las manos y los pies, así que el cuidado debe ser proporcional en rostro pero también en cuerpo.
Todas estas alteraciones pueden verse agravadas cuando en la zona se ha aplicado tratamientos deradioterapia. Su efecto es localizado, pero bastante evidente y los cambios que se producen son muy similares a una quemadura solar. A las pocas semanas, aparece una coloración rojiza (eritema), si el tratamiento se prolonga la piel va adquiriendo un color más oscuro. Sobre esta piel el aporte de agua y líquidos es fundamental así que buscaremos cremas más bien nutritivas y con emulsiones más ricas y cubrientes que además aportarán más confort.
¿Conoces la iniciativa “Ponte guapa, te sentirás mejor”?
La Fundación Stanpa es una organización sin ánimo de lucro promovida por Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética) que persigue apoyar a mujeres con cáncer, ayudándolas a restablecer su propia imagen, recuperar la autoestima y llevar adelante su lucha contra la enfermedad con mayor confianza, a través de la implantación en España del programa internacional “Ponte guapa, te sentirás mejor”.
El programa, organizado en hospitales, se realiza a través de talleres destinados a pequeños grupos de mujeres. Estos talleres cuentan con la colaboración de los profesionales de la salud (médicos, enfermeras, psicooncólogos y voluntarios de la aecc) y están dirigidos por voluntarios profesionales de la belleza que guían a las pacientes a través de los 12 pasos esenciales para el cuidado de la piel y el uso del maquillaje.
Para realizar las sesiones, las pacientes reciben un neceser de productos donados por las empresas patrocinadoras de forma totalmente gratuita. El objetivo es reforzar la confianza de las pacientes ayudándolas a restablecer su propia imagen para recuperar la autoestima y llevar adelante su lucha contra la enfermedad.
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