Como comentábamos en el anterior post, las pieles grasas no sólo se caracterizan por sus impurezas y por la tendencia a que aparezcan pequeños granitos. También se reconocen por sus poros dilatados y su aspecto brillante.
Estos brillos pueden deberse a 3 factores: el estrés, las fluctuaciones hormonales o bien a la genética. Normalmente, se concentran en la nariz, la frente y las mejillas pero también puede ser general. Aunque en la adolescencia el brillo facial es más común, puede prolongarse a lo largo de los años.
Si tenemos la piel grasa el brillo es un aspecto difícil de evitar pero sí que podemos controlarlo. La limpieza es uno de los factores clave para eliminar el exceso de sebo que produce el brillo, siempre y cuando no nos excedamos y las glándulas sebáceas reciban el mensaje equivocado y produzcan más grasa. Dos o tres veces al día es suficiente.
Además, existen productos específicos como algunos de los que os hablamos en el post anterior, de la línea Clear Balance, que ayudan a mantener la piel limpia, a balancear las secreciones e incluso a absorberlas. El Factor normalizante de Skeyndor ayuda a refinar la piel, el aspecto del poro y normaliza su apariencia brillante. Este producto se puede complementar con el Mousse purificante, que ayuda a eliminar y a evitar la aparición de impurezas, y con todos aquellos específicos para pieles grasas.
¿A qué esperas para probarlos?
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