Estamos en plena temporada veraniega: calor, días más largos, vacaciones… ¡sabemos que adoras esta estación! Además, seguro que unas de tus paradas preferidas para julio, agosto y septiembre es la playa, piscina y las terrazas con amigos.

Pero algo imprescindible que debes saber antes de exponerte al sol es conocer bien tu piel, saber qué resistencia tiene a él y qué productos necesita.

Qué productos necesita mi piel

Esta es fácil: tu piel (sea cual sea) en verano necesita protección solar en todos los momentos en los que esté expuesta al sol. Y otra cosa que debes recordar: cuanto más alto sea el factor de protección, mejor. En Skeyndor contamos con solares SPF50 que encajan todas las tipologías de piel y texturas. ¡No hay excusa!

¿Tu piel tiene tendencia a quemarse?

Esta pregunta es la que debes tener más clara porque afectará al tiempo que puedes tomar el sol de forma continuada y también saber en qué momento debes volver a casa porque ya tu piel empezará a quemarse por mucha protección que apliques sobre ella.

Esto es especialmente importante y queremos que lo recuerdes: quemarse nunca es una opción para ponerse moreno en poco tiempo. De esta manera causamos una herida en la piel, que tiene memoria y que acelera de esta manera el fotoenvejecimiento cutáneo, además de favorecer otro tipo de enfermedades cutáneas mucho más graves.

De hecho, desde que empezamos a tomar el sol hasta que se activa la célula llamada ‘melanocito’ (la que produce la melanina), que está dormida en invierno y que puede tardar un mes en producir lo que llamamos bronceado. Y esto quiere decir lo que crees: ¡debe pasar un mes desde que empiezas a tomar el sol hasta que empieces a ver bronceado en tu piel para que esta sufra lo menos posible!

¿Cuánta resistencia tienes al sol?

En este punto es interesante conocer tu fototipo para saber cuánto tiempo puedes estar expuesto al sol si quieres conseguir el bronceado de forma paulatina.

La escala de Fitzpatrick para determinar los fototipos va del 1 hasta el 6, donde el número más bajo son las pieles más blancas y que suelen quemarse con más facilidad y los más altos las que son más pigmentadas y tienen más probabilidades de broncearse antes sin sufrir daños.

Aunque todas las pieles necesitan protección, es probable que las de los fototipos más bajos no puedan exponerse demasiadas horas al sol y que al inicio del verano puedan tomarlo únicamente 10-20 minutos al día para no quemarse.

¿Tienes dudas sobre la resistencia al sol de tu piel? ¡Visita nuestros centros Skeyndor para que puedan realizarte un diagnóstico en profundidad y recomendarte una rutina de belleza y productos 100 % adaptados a tus necesidades!

Redactado por Skeyndor
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