Cada una tiene una forma de ojos distinta a pesar de que es difícil definir los diferentes tipos de ojos, se puede hacer una clasificación más o menos genérica. Esto es importante tenerlo en cuenta porque, dependiendo de la forma del ojo, será mejor hacer más claros o más oscuros para potenciar esta parte de nuestro rostro. Pero, ¿cómo?
Si tienes los ojos juntos, trabaja la parte que queda más hacia fuera: los tonos claros de sombras son idóneos, porque te aportarán volumen y crearán un efecto de separación. Si con un lápiz blanco maquillas el interior del lagrimal, lo acentuarás.
Si, en cambio, eres de ojos separados, para crear el efecto contrario te recomendamos que uses sombras oscuras y que empieces aplicándotelas desde el lagrimal.
Si eres mujer de ojos tristes, ¡hay que lograr levantar esa mirada! Coge tu eyeliner y destacando la parte del extremo del párpado con una línea ascendente. Y, por supuesto, no olvides darte volumen en las pestañas con la máscara.
Si tienes ojos grandes, lo ideal es darles forma más almendrada. Para conseguirlo, aplícate eyeliner desde el lagrimal hasta el final del párpado para alargar la mirada y, con un lápiz de ojos negros, repasa la línea interior del ojo para hacerlos más pequeños.
En cambio, los ojos pequeños hay que trabajarlos con colores claros para aportar luz y crear un efecto óptico de aumento. Para eso, sírvete del iluminador o lápices de colores claros para aportar amplitud a tu mirada. Y no te olvides de destacar bien tus pestañas de arriba: ¡las intensificarán!
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