Eliminar la suciedad que se acumula sobre la piel es una necesidad tanto estética como higiénica, ya que necesita estar limpia para respirar. Si hay algo de lo que no pueden prescindir las pieles grasas es precisamente de la limpieza, porque es un tipo de piel que al generar más grasa, tienda a ensuciarse más. De ahí que se dilaten los poros y aparezcan granitos e impurezas.
Lo ideal en pieles grasas es poder limpiar el rostro dos veces al día: por la mañana cuando te levantes y por la noche cuando te acuestes, aunque no hayas utilizado maquillaje, ya que la suciedad se acumula igual en los poros. Si higienizas tu epidermis, ayudaras a que la suciedad y también las células muertas no se acumulen y, por tanto, contribuirás a oxigenar tu piel para mantenerla limpia, fresca, suave y con luminosidad.
Para limpiar tu piel, lo ideal es que utilices un gel limpiador o una mousse, como nuestra Mousse purificante Clear Balance, luego apliques un tónico o sérum para equilibrar la piel y, por último, una buena hidratante-normalizante. Recuerda, que este tipo de cutis necesita ser hidratado como todos, puesto que el aspecto brillante es por un exceso de grasa y no de agua.
Además de tu limpieza habitual diaria, te recomendamos que una vez al mes o cada cambio de estación vayas a un profesional de la estética para que te realice una correcta y profunda limpieza de cutis.
Recuerda, limpiando la piel la oxigenas y evitas que se formen granitos e impurezas.
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