Los pies son una de las zonas que más descuidamos de nuestro cuerpo. En invierno, al estar protegidos por gruesos calcetines y cómodos zapatos, no tenemos que preocuparnos demasiado por ellos.
Sin embargo, cuando llega el verano y empezamos a apostar por sandalias destapadas o a caminar por la playa y los jardines descalzas, los cuidados empiezan a ser fundamentales. Y es que nuestros pies son más sensibles de lo que creemos y son muchos los factores que pueden dañarlos: el exceso de sol, el aire, un calzado inadecuado…
Para proteger los pies, te recomendamos algunos cuidados básicos:
- Hidrata los pies de forma generosa: El calor puede llegar a resecar mucho los pies, concretamente los talones, por lo que recomendamos que hidrates diariamente los pies con una crema hidratante especial para las pieles secas.
- Seca los pies: Un mal secado de los pies puede provocar hongos e infecciones. Al salir de la ducha, de la piscina o de la playa seca suavemente tus pies, especialmente entre los dedos.
- Corta las uñas de los pies adecuadamente: Muchas personas cortan demasiado las uñas de los pies haciendo que éstas dejen de proteger los dedos. Las uñas deben tener una forma recta y sobresalir un par de milímetros por encima del dedo.
- Utiliza un calzado adecuado: En verano solemos descuidar más el calzado pensando que cualquier zapato se ajusta adecuadamente a nuestros pies. Sin embargo, esto no es así. Es importante que el calzado que utilices se ajuste correctamente a los pies para evitar las durezas y los callos en los talones y los laterales de los dedos de los pies.
¡Sigue estos consejos y no dejes que el cambio de estación afecte negativamente a tus pies!
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