El sol puede ser un enemigo para tu piel pero también es esencial para nuestra vida. Necesitamos de su luz para sintetizar vitamina D, pero largas exposiciones al sol nos envejecen y pueden provocar alteraciones dermatológicas. Nuestra piel cambia de color con la exposición al sol por unas células llamadas melanocitos, que fabrican un pigmento, la melanina, que nos protege de los rayos solares.
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