Muchas veces llegamos a casa cansadas y con pocas más ganas que irnos a la cama. Es posible que pensemos “No pasa nada por un día que no me desmaquille”. ¡Gran error! Desmaquillarse es un paso imprescindible en cualquier rutina de belleza, la base vital para cuidar la piel y prepararla para la aplicación de los tratamientos posteriores. ¡El desmaquillado es salud para tu piel! ¿Necesitas que te convenzamos?
¿Por qué desmaquillarse?
- Por la noche es cuando se realiza la regeneración celular. Si en ese momento tenemos la piel no solo maquillada sino con impurezas acumuladas de todo el día (polución, células muertas, sudor, etc.), este proceso no se llevará a cabo correctamente y propiciaremos la aparición de radicales libres, acelerando el proceso de envejecimiento cutáneo.
- El tratamiento nocturno habitual que te apliques no penetrará ni funcionará igual si tienes la piel limpia o si la tienes maquillada. ¿Vas a desperdiciar el potencial de un producto por no desmaquillarte?
- El desmaquillado aporta beneficios extra a la piel: hidrata, refresca, tonifica, cierra los poros… ¡Aquí más sí es mejor!
- Las pieles con acné tienen que cuidar mucho su rutina de limpieza facial. Si dejan el maquillaje toda la noche, se favorece la obstrucción de los poros y la aparición de granitos y comedones. El maquillaje tratante puede ayudarnos a disimular durante el día las imperfecciones, pero por la noche… ¡todo fuera!
- Por la mañana, ¿cómo despertará tu piel si no la has desmaquillado la noche anterior? Te costará muchísimo más limpiarla adecuadamente y si vuelves a maquillártela, los resultados terminarán no siendo los que esperabas.
Pasos para un desmaquillado perfecto
- Desmaquilla los ojos con un producto específico. Estos productos están formulados para ser respetuosos con el área del contorno de ojos. Empapa un algodón o disco desmaquillante, colócalo encima del ojo presionando ligeramente y deslízalo hacia la sien. No frotes ni friegues con excesiva fuerza; ves haciendo pasadas hasta que haya restirado todo el maquillaje.
- Desmaquilla el rostro con un producto adecuado para tu piel. Actualmente, puedes encontrar muchas texturas diferentes que desmaquillan igual de bien, solo tienes que encontrar la que mejor se adapta a tus necesidades: leche, emulsión, aceite, etc.
- Después de utilizar el desmaquillador, aplícate tónico, que termina de eliminar el maquillaje, refresca, tonifica y cierra los poros. Te proponemos varios para que elijas el que mejor te funciona: Tónico Aloe Vera, Tónico a la Camomila y Tónico al Hammamelis.
- En el caso de hayas utilizado agua micelar, el tónico no sería necesario.
- Y si no te maquillas, tampoco tienes excusa. Utiliza un limpiador para retirar la contaminación e impurezas acumuladas en la piel durante el día.
Recuerda aplicarte tu tratamiento nocturno habitual después del desmaquillado. Con una piel fresca y limpia como la que tendrás en ese momento, el producto penetrará mucho mejor y se aprovecharán al 100% los beneficios.
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