Estos fáciles pasos te ayudarán a conseguir y prolongar un bonito bronceado al mismo tiempo que cuidas tu piel.
Como ya te hemos comentado anteriormente, uno de los secretos para broncearse saludable y uniformemente es el tándem Exfoliar-Hidratar. Si durante todo el año llevamos a cabo correctamente estos dos pasos, nuestra piel estará dispuesta a recibir todos los beneficios de los rayos solares con fotoprotección de una manera óptima.
Antes, durante y después de la exposición al sol
A la hora de aplicar el protector solar, recuerda que debes tener muy claro qué fototipo de piel tienes y que Factor de Protección Solar necesitas. Si no lo sabes con certeza, tu esteticista puede ayudarte, ¡pregúntale!
1. Antes
– Recuerda que no importa en qué textura (bruma, leche, crema, etc.) sea tu protector solar, lo importante es el Factor de Protección Solar y que te sientas cómoda con la aplicación.
– Aplícate el fotoprotector en la piel bien seca 30 minutos antes de la exposición solar. ¡Y no escatimes con la cantidad!
– No te olvides de ponértelo también detrás de las orejas, en la nuca y en el empeine de los pies. ¡También se queman!
2. Durante
– Vuelve aplicar el fotoprotector cada 2-3 horas, y siempre que notes la piel muy caliente.
– Recuerda la diferencia entre un producto Waterproof y uno Water-resistant: el primero actúa durante más de 80 minutos después de que la piel entre en contacto con el agua; el segundo, hasta 40 minutos.
– Utiliza fotoprotección siempre, aunque esté nublado.
3. Después
– Los productos específicos para después del sol te ayudarán a prolongar el bronceado. Contienen principios activos que calman, hidratan, refrescan y regeneran la piel.
Acuérdate que es recomendable cambiar el protector solar cada año, ya que los rayos UVA y UVB son cada vez más fuertes y es posible que el producto haya perdido eficacia durante el tiempo que no lo hayamos utilizado.
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