Nos ha gustado mucho la pregunta de Nuria “Qué debes tener en cuenta a la hora de elegir un protector solar” porque muchos nos preguntáis dudas parecidas. ¡Esperamos que esta guía os sea útil!

Paso 1.- Saber contra qué te estás protegiendo

A nosotros llegan, principalmente, dos tipos de radiación: UVA y UVB. Hay muchos mitos en torno a estos dos tipos de radiación, pero vamos a simplificar. La radiación UVB es la que quema la piel. La UVA no quema, penetra profundamente y afecta a tu ADN, provocando envejecimiento y favoreciendo la aparición de melanomas.

Hasta hace unos años, las cremas solares sólo protegían de la radiación UVB, que es la que produce molestos efectos a corto plazo. El SPF indica cuánto protegen contra este tipo de radiación. Aún no hay una escala estándar para indicar la protección contra rayos UVA, pero todas las cremas que protegen contra este tipo de radiación lo indican en la etiqueta.

Es importantísimo elegir una crema que no sólo te evite las quemaduras (UVB) sino que impida males mayores (UVA). También es recomendable no bajar de SPF15 si vas a exponerte mucho rato al sol, ya que la protección contra UVA se reduce.

Paso 2.- Saber el tipo de piel que tienes

La piel tiene una defensa natural ante estas radiaciones, que es la melanina. Cuanta más melanina, más oscura la piel y más protección natural. Las cremas solares lo que hacen es aumentar tu protección natural, así que debemos escoger la crema en función de la piel que tengamos, no en función de la velocidad con la que queramos ponernos morenos. La piel se pone morena a su ritmo, independientemente de la protección que usemos.

Niños: se recomienda no bajar de 30, porque su piel es muy delicada.

Piel negra u oscura: nunca o muy rara vez se quema, SPF 15 o menos, como Outdoor Sun Protection Spray SPF15.

Piel clara o color canela, pelo y ojos oscuros, se broncea con facilidad, a veces se quema. SPF 15 también. Por ejemplo, Biologic Sun Defense Emulsion SPF 15.

Piel clara, se quema con más facilidad de la que se broncea. SPF 15-25, como Bite Repelent Sun Lotion SPF15.

Piel muy clara, se quema con mucha facilidad y es difícil broncearse. SPF 25-50, como Age Preventing Sun Lotion SPF 30.

Piel blanca, ojos claros y pecas. Se quema con extrema facilidad, es imposible conseguir un bronceado excepto usando autobronceadores. Imprescindible SPF 50+, como All Climates Protection Sun Cream.

Si tienes pecas o lunares añade siempre un poco más de protección de la que tu piel necesita para protegerlos.

Recuerda: protección 50 no significa que “puedes estar 50 minutos al sol sin quemarte”. Quiere decir que tu piel aguanta 50 veces más de lo normal. Si eres de piel oscura, eso pueden ser dos horas y media, pero si eres de piel muy clara ¡pueden ser sólo 40 minutos!

3.- ¿Resistente al agua y al sudor?

Cuidado con este detalle. Una crema es “resistente” al agua, al sudor y al roce de la arena, pero no “inmune”. Si usas este tipo de cremas, ten en cuenta que los factores externos bajarán su protección, provocando por ejemplo que si te metes al agua con factor 50 se quede en factor 10. Por lo tanto, no caigas en esa falsa sensación de seguridad y acuérdate de re-aplicarla cada poco tiempo.

Recuerda: es una ventaja que sea resistente al agua porque así tu piel no está completamente desprotegida al bañarte, y los niños conservan algo de protección cuando juegan en la arena, pero ten en mente que se deteriora y hay que renovarla.

4.- Fecha de caducidad

Procura no usar nunca cremas del año pasado, ya que se deterioran con facilidad. Mira cuidadosamente la fecha de caducidad. Si tu piel es muy clara, olvídate de usar cremas que tengan más de 6 meses de antigüedad, aunque no estén caducadas.

5.- Úsala correctamente

Aunque tengas la crema perfecta, no te ayudará si no sigues estos sencillos pasos.

– Ponte crema siempre que preveas que te vas a exponer mucho rato al sol, preferiblemente media hora antes. Por si surgen imprevistos, es recomendable tenerla a mano todo el verano.

– Ponte una capa que cubra la piel abundantemente. Doble capa no quiere decir doble protección, pero ser generosos ayuda a que cubra mejor y el sudor afecte menos.

Vuelve a aplicarte la crema cada dos horas, y al salir del agua (sécate bien antes). Las zonas clave son la cara, el cuello, el pecho –sobre todo si eres mujer y haces topless- los hombros y la espalda. El resto también, pero si los niños se resisten úntales esa zona primero.

– Evita ponerte al sol directo en las horas punta o estar muchas horas seguidas al sol. Por bien que te protejas tu cuerpo sólo puede absorber hasta cierto punto de radiación, a partir de ahí la piel se resecará y sufrirá.

Si aún te quedan dudas, recuerda que los comentarios están abiertos a todas tus preguntas 🙂 ¡Dosifica el sol y aprovecha al máximo el verano!

Redactado por SKEYNDOR
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    1 comentario

  1. elisabeth jara vazquez 9 agosto, 2011 at 15:31 Responder

    una pregunta,si tienes estrias d color rojo,y te da el sol,puedes tratarlas luego con un tratamiento,o ya no?,q podems hechar en las estrias para disimularlas?

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